Señoras que...

Siempre coincido con esta señora cuando vengo de vuelta en el tren para Santiago. Hoy me senté a propósito en frente de ella para poder dibujarla sin que se me escapase ni un detalle (mirándola directamente a la cara, estirando el brazo para calcular distancias a pocos centímetros de su jeta y riéndome en voz alta y comentando detalles mientras dibujaba esas grotescas formas).

Parece ser que todos los días lleva una copa de coñac en la mano durante el viaje porque dice que su olor le quita las nauseas y las penas (a mi me olía a Fairy).

Pero lo característico de la señora no es esto (o al menos no solo esto) sino que todos los días cuenta en alto la historia de cuando perdió a su querido gato. Hace 5 años tuvo que asistir en un mismo día a las respectivas bodas de 3 de sus exmaridos. Para petarlo, se hizo ella misma un super moño y ser así el centro de atención en cada uno de los convites. Al volver a casa (con el estómago a reventar al igual que su ego) descubre horrorizada que su minino había desaparecido. Desde ese día no se ha vuelto a cambiar de peinado en memoria del pobre misín.

(por cierto, esto todo es cierto salvo lo del olor a Fairy, realmente olía a coñac, os quería engañar)

Escuchando: Mew - "Apocalypso"